La conservación de nuestra biodiversidad es crucial para mantener el equilibrio de los ecosistemas y garantizar los recursos y beneficios que generan. Un ecosistema saludable depende del estado de su biodiversidad, por lo que es imprescindible detener la pérdida de especies. 

La pérdida y fragmentación del hábitat han provocado la disminución de la vida silvestre y el aumento del contacto entre la fauna y los humanos, resultando en interacciones y percepciones negativas (conflicto humano - vida silvestre). Esto reduce el apoyo de la comunidad a la conservación de la vida silvestre y conduce a la cacería en represalia y al comercio ilegal oportunista, especialmente de depredadores.