El sector bancario será una pieza clave para estimular la economía mundial hacia una recuperación ambiental, permitiendo una recuperación sistémica, sostenible e inclusiva

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09 septiembre 2020


Operar como siempre ya no era una opción para el sector bancario. El papel del sector financiero en la transición hacia una sociedad inclusiva y una economía con bajas emisiones de carbono y respetuosa del medio ambiente exigía una transformación de la forma en que los bancos operaban.

En septiembre de 2019, un grupo de bancos respaldados por la Iniciativa Financiera del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA-FI) presentaron los nuevos Principios para la Banca Responsable de la Iniciativa Financiera.

El objetivo principal de este nuevo marco es redefinir el papel de los bancos como aliados del medio ambiente y la sociedad. En la actualidad, más de 180 entidades financieras, equivalente a más de un tercio del sector bancario mundial, se han comprometido a alinear sus operaciones y estrategias con los Objetivos de Desarrollo Sostenible y el Acuerdo Climático de París, así como a los objetivos de desarrollo local y regional.

Para garantizar el nivel de ambición y compromiso que tan urgentemente se requiere en estos tiempos difíciles, este nuevo marco establece seis Principios con los que se ayuda al sector bancario a integrar de forma efectiva la sostenibilidad en todos los niveles de actuación: el estratégico, el de cartera y el transaccional. En ellos se establecen objetivos ambiciosos, estructuras de gobierno y la transparencia.

Tan solo unos meses después de la presentación de los Principios para la Banca Responsable, el mundo comenzó a verse muy diferente. A nivel mundial, los signatarios están desempeñando un papel crucial en el apoyo a la sociedad durante la crisis inaudita por COVID-19, mientras que ellos mismos se enfrentan a desafíos apremiantes. Han estado tomando medidas extraordinarias para apoyar a sus colaboradores, clientes, usuarios, gobiernos y comunidades.

Después de abordar la gestión inicial de la crisis y el impacto económico, las instituciones financieras serán una pieza clave para estimular la economía mundial hacia una recuperación ambiental, permitiendo una recuperación sistémica, sostenible e inclusiva. Se necesita que las finanzas desempeñen un papel proactivo para facilitar la comunidad de partes interesadas a través de las grandes redes bancarias; para hacer frente a la pérdida de recursos naturales y biodiversidad, la desigualdad social y la recuperación de pequeñas empresas mediante conexiones y asociaciones, conocimientos especializados, innovación, tecnología y digitalización. 

El sistema financiero de México también ha sido capaz de definir el papel de los bancos como motor del desarrollo sostenible. En un país megadiverso con 182 áreas protegidas, reservas de la biosfera, santuarios y parques naturales que cubren 90 millones de hectáreas, la Asociación de Bancos de México lanzó en 2014 el Protocolo de Sustentabilidad de la Banca. En él se manifiesta el compromiso que los bancos miembros tienen con las prácticas sostenibles en sus negocios y operaciones. De igual manera, el Banco de México ha sido promotor de las finanzas verdes y de la integración de los riesgos ambientales y climáticos en el sistema financiero mexicano.

En todo el mundo, seremos testigos de la adaptabilidad y la transformación de los bancos. Ha surgido un muy positivo "intercambio global de conocimientos" de las mejores prácticas del sector bancario en todo el mundo. Con esto, la capacidad de cada banco para contribuir a la sociedad y al medio ambiente sorteando la crisis es una realidad.


 
Autora: Mariuz Calvet / BanortePor Mariuz Calvet
Directora de Sustentabilidad e Inversión Responsable de Grupo Financiero Banorte en México. Fue integrante del grupo fundador de los Principios para la Banca Responsable y forma parte del Comité Latinoamericano para los Principios de la Inversión Responsable.




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Tópicos: desarrollo sostenible, Informe Planeta Vivo