La mujer cuya oficina es el mar
Posted on marzo, 08 2021
Ella es María del Carmen García Rivas.
Ella es María del Carmen García Rivas. Su oficina es el mar, donde se siente más cómoda que en cualquier otro lugar, lo que la convirtió en la primera investigadora mexicana en la Antártica chilena y una líder en la conservación de la naturaleza, hasta desempeñar actualmente el puesto de directora de los Parques Nacionales Isla Contoy y Arrecife de Puerto Morelos de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP).A pesar de haber crecido en la bulliciosa Ciudad de México, su familia le inculcó el amor por otros seres vivos cuando era niña a través de la literatura de aventuras y los viajes a la playa. Enamorada del océano, María del Carmen estudió biología en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), donde se unió al equipo de buceo de investigadores de campo, experiencia que marcó un antes y un después en su vida. “En el buceo trabajas en equipo, tienes que ser solidaria y sensible y dedicarle a tu compañero todos tus sentidos, incluido el sentido común y el sexto sentido”, platica.
Posee un posgrado en Manejo de Recursos y Desarrollo Sustentable del Colegio de la Frontera Sur y estudió a los delfines y las ballenas por más de 10 años en estancias de cuatro meses en distintas islas y playas.
Su profundo interés en la biodiversidad del océano la llevó a trabajar en el Instituto Antártico Chileno, convirtiéndose en la primera mexicana en llevar a cabo investigaciones en el continente de la paz y de la ciencia. Esto le abrió los ojos a mayores esfuerzos internacionales de conservación mientras se conectaba con investigadores latinoamericanos. “Conocer y trabajar con científicos de España, China, Ecuador, y otras partes del mundo fue una gran experiencia. Trabajar en la parte más al sur del planeta te permite vivir y respirar la naturaleza y sumergirte en el trabajo colaborativo de conservación”, explica.
Al inicio de su carrera, ella fue una de las pocas -si no única- mujer en algunos barcos y buques de investigación. Al llegar, demostraba que estaba agregando valor al equipo en cada paso. “Yo no era la tripulante más fuerte, pero siempre encontré formas ingeniosas de llevar a cabo el trabajo, con capacidad de observación, cuidado por los detalles y otros atributos”, afirma con orgullo, al señalar que se crió en una familia de mujeres poderosas que junto con sus amigas siempre han apoyado su pasión.
“Las mujeres prosperan más en las condiciones extremas y el aislamiento que exige la investigación”, dice García Rivera. Sin embargo, recuerda que no le fue permitido trabajar en el sector comercial petrolero y naval.
Aunque ella ayudó a allanar el camino para las mujeres mexicanas en la ciencia, lo que más le enorgullece es difundir la moral ambiental en su trabajo con los legisladores, las comunidades y las industrias para implementar buenas prácticas y lograr una tolerancia cero ante los ilícitos ambientales.
Junto con las autoridades, los pescadores y otros socios, Mary Carmen, como la llaman sus conocidos, desarmó una red de pesca furtiva de caracol rosado en Banco Chinchorro, en el Caribe Mexicano, y promovió una veda de cinco años para la pesca de esta especie, que culminó en el incremento en la población de caracol rosado y nuevas actividades sustentables en la comunidad. “Todos estamos mejor si vemos más caracoles rosados en el mar que personas en prisión”, indica.
También encabezó el control de la especie exótica pez león, promoviendo su pesca, consumo y uso de aletas y piel para elaborar artesanías, proceso en el que involucró a las esposas de pescadores de Xcalak e Isla Contoy.
Desde el 2005 impulsa la atención a los arrecifes ante encallamientos y huracanes y a partir de 2018, tras detectar el síndrome del coral blanco en los arrecifes del Caribe mexicano, integra brigadas para restaurar los daños causados a los corales y dunas costeras por los huracanes y tormentas en el Parque Nacional Arrecife de Puerto Morelos.
Ella da la bienvenida a hombres y mujeres que quieran cuidar el ambiente, pues el bienestar de la naturaleza y el del ser humano van de la mano. E invita a conocer el mar y sus enigmas. “Es una inmensidad misteriosa que al mismo tiempo nos permite conocerla y quererla”.
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Tópicos: océanos, mujeres en la ciencia