Mariposa monarca

© Mario Domínguez

Mariposas monarca

Cuando la intensidad del verano está en la recta final, inicia en Norteamérica una migración que tiene como protagonistas a las mariposas monarca y que solo tiene lugar en esta región del mundo.

Con menos de un gramo de peso, ellas atraviesan campos, ciudades y tres países: siguen una trayectoria diagonal del sureste de Canadá al sur de Estados Unidos y cruzan la frontera a México por Texas.

El trayecto comprende más de 4,000 km de ida y durante la primavera buena parte de las monarca regresan al sur de Estados Unidos donde depositan los huevecillos de una nueva generación.

Viajan orientadas por la trayectoria del sol y en días nublados se ubican gracias a que poseen una brújula biológica que funciona en relación con el movimiento del astro solar. 

Una vez que llegan a los bosques mexicanos, se hospedan en los mismos árboles de “percha”. ¿Cómo funciona este sorprendente sistema de localización? Es un secreto que las monarca mantienen bien guardado.

 

“Todo niño con ojos bien abiertos y todo caminante de prados en el este de Estados Unidos y en Canadá conoce de vista a esta colorida mariposa, aunque no sepa su nombre. Durante el verano, se escabulle y sumerge entre los campos y jardines de Texas a Nueva Inglaterra, de Florida a Minnesota. Sin embargo, en el invierno la monarca se evapora de estas regiones.  ¿A dónde va?”. 
Fred A. Urkuhart, zoólogo canadiense.

Una vida, un gran descubrimiento

¿Por cuántos años intentarías revelar un misterio? Fred Urquhart, zoólogo canadiense, conservó la calma durante 40 años para descubrir a dónde iban las mariposas monarca durante el invierno.

El científico veía que éstas desaparecían en septiembre de los campos canadienses, pero desconocía su paradero. Poco a poco trazó su camino gracias a que creó un sistema de etiquetación de mariposas y a que conformó una red de voluntarios en Canadá y Estados Unidos que le ayudaron a localizar monarcas que él había etiquetado.   

Así fue revelando el misterio: descubrió que las mariposas no vuelan de noche y que pueden desplazarse hasta 130 kilómetros por día; y se dio cuenta que las monarca migratorias son aquellas que nacen a final del verano. En la década de 1960, una pista estimuló aún más su curiosidad: una mariposa etiquetada en su jardín de Toronto fue hallada en el estado de San Luis Potosí en México.

En 1972, escribió a periódicos en México pidiendo voluntarios que reportaran haber visto monarcas. Al llamado respondió el norteamericano Ken Brugger junto con su esposa mexicana Catalina. La pareja se lanzó en motocicleta a la búsqueda de mariposas en áreas donde hubiesen sido reportadas.

El 9 de enero de 1975, localizaron una colonia de millones en el Cerro Pelón, Estado de México. Un año después, Urquhart viajó con su esposa Norah a los sitios de hibernación. El misterio había sido revelado después de décadas de trabajo.

© Mario Domínguez

Hábitat

Las monarca son una especie cosmopolita que tiene presencia en el hemisferio occidental y fue introducida a Hawái y Australia en el siglo XIX.

En América se distribuye desde el norte de la provincia de Saskatchewan (cerca de los Grandes Lagos), en Canadá, hasta el sur de Perú y el noroeste de Argentina. 

Aparentemente, la monarca también cruzó el océano Pacífico en barco (llegando hasta Nueva Zelanda) y en 1860 se hace mención de ella en las Islas Carolinas y las Marquesas, así como en Australia, en donde sólo se encuentra durante el invierno y se ha documentado desde 1870.

En 1880 se estableció en Tasmania, las Islas Canarias, Nueva Caledonia, las Islas Molucas y las Islas Salomón, en Oceanía. En los siguientes 15 años se registró en Hong-Kong, Taiwan, Java, Borneo y las Filipinas.

Hibernación en el centro de México

Cada año, millones de mariposas monarca hibernan en los bosques templados ubicados entre el Estado de México y Michoacán. Éstos conforman la Reserva de la Biosfera Mariposa Monarca que fue creada para proteger los fenómenos de migración e hibernación y tiene una superficie total de 56,259 hectáreas.

En 2008 fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).

La Reserva abarca los municipios de Temascalcingo, San Felipe del Progreso, Donato Guerra y Villa de Allende en el Estado de México y Contepec, Senguio, Angangueo, Ocampo, Zitácuaro y Áporo en el estado de Michoacán.

Estos bosques se distribuyen en las altas montañas de México incluyendo las Sierras Madres (Oriental, Occidental, del Sur) y el Eje Volcánico Transversal.

Estas montañas están cubiertas por bosques con varias especies de oyamel, pino, pino-encino y cedro distribuidas en distintas alturas.

Los abetos u oyameles se restringen a las partes altas de las montañas, entre los 2,400 y los 3,600 metros de altitud. En estas zonas pueden estar mezclados con cedros, pinos y encinos que juntos proporcionan el microclima adecuado para las mariposas migratorias, que establecen ahí sus colonias de hibernación.

El microclima es el ambiente que se produce dentro del bosque debido a la protección que dan los árboles. Las condiciones de temperatura, humedad, viento e insolación son muy distintas dentro del bosque y fuera de él.

Al llegar a los bosques, a fines de octubre y principios de noviembre, las mariposas se congregan en grupos de montañas conocidos como “santuarios”, ubicados en la Reserva Monarca y sus alrededores donde se han documentado por lo menos 11 de estos lugares.

Las colonias pueden ser muy densas y estar muy agregadas o pueden ser poco densas y estar muy esparcidas. De la misma manera, los árboles no son ocupados uniformemente. Algunos tienen sus troncos y ramas cubiertos de mariposas mientras que otros sólo tienen unas cuantas monarcas.

Existen otras dos rutas migratorias con destinos diferentes. Una de ellas es por la que viajan las mariposas que viven al oeste de las Montañas Rocallosas en los Estados Unidos y que hibernan en las costas del centro y sur de California.

La tercera ruta es la que deja el continente por Florida y a través del  Caribe ingresa a la Península de Yucatán siguiendo por Centroamérica hacia el cono sur del continente. Para esta última no existen sitios de hibernación.

Estado de conservación

En México las mariposas monarca están bajo el estatus de protección especial en la norma mexicana. Si bien no están consideradas como una especie amenazada, se reconoce que peligran los fenómenos de migración y de hibernación. Las monarca  NOM-059-SEMARNAT-2010.

En Estados Unidos, diversos estudios mostraron que entre 1993 y 2014 se dio un paulatino descenso de las poblaciones de monarca, principalmente en el Medio Oeste. En agosto de 2014, grupos conservacionistas del país solicitaron al Servicio de Pesca y Vida Silvestre que considerara la protección de las monarca bajo el Acta de Especies Amenazadas. En diciembre de ese año, la dependencia anunció que llevaría a cabo una recolección de datos sobre las tendencias poblacionales de la mariposa, su genética, hábitats y las medidas de conservación vigentes con el fin de determinar si se catalogaba a estos insectos como especie amenazada. El dictamen final de las autoridades se emitirá en junio de 2019. 

En Canadá, las monarca fueron declaradas especie amenzada por el Comité sobre el Estado de la Fauna en Peligro de Extinción (Cosewic por sus siglas en inglés) en diciembre de 2016.

La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) reconoce que lo que peligra es el fenómeno migratorio de las monarca y subraya que la especie enfrenta amenazas múltiples en sus sitios de reproducción, durante su viaje migratorio y en los bosques de hibernación. 

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Amenazas

Las principales amenazas para la monarca en América del Norte son la reducción del hábitat reproductivo en Canadá y los Estados Unidos debido a la diminución del algodoncillo por el uso de herbicidas y el cambio de uso del suelo; la deforestación y degradación forestal por la tala ilegal en los sitios de hibernación en México; y las condiciones climáticas extremas en los tres países.

La combinación de estas amenazas ha ocasionado la dramática disminución de la densidad de mariposas que hibernan en México, que en 2013-2014 alcanzó la menor superficie forestal ocupada en dos décadas (0.67 ha).

Cooperación trinacional para salvar la migración

La migración de las monarca en Norteamérica exige que haya cooperación entre Canadá, Estados Unidos y México.

Si en alguno de estos lugares se producen alteraciones que afecten alguna etapa en el ciclo de vida de la mariposa, el fenómeno migratorio se pone en riesgo. Las tres naciones han reconocido que tienen una responsabilidad compartida para proteger a las monarca.

Canadá y Estados Unidos deben procurar la conservación y restauración de los algodoncillos (asclepias); plantas que son esenciales en el desarrollo y alimentación de las mariposas. Es ahí donde las hembras depositan los huevos que luego se transforman en orugas, y cuya principal comida son las hojas de esos algodoncillos. 

México, por su parte, debe continuar su lucha contra la tala ilegal de gran escala, incrementar sus programas de reforestación y procurar el desarrollo sustentable de las comunidades que habitan en la Reserva de la Biosfera Mariposa Monarca, que es esencial para garantizar la supervivencia de las mariposas durante el invierno.

Finalmente, los tres países deben tomar medidas para mitigar el cambio climático, pues las alteraciones en las temperaturas en el planeta afectan todos los ciclos en la vida de estos insectos y tienen también un impacto en su viaje migratorio.

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Características

Nombre científico: Danaus plexippus

Las mariposas pertenecen al grupo de insectos conocidos como lepidópteros (mariposas y palomillas), nombre que proviene de dos palabras griegas: lepidos, que significa escama, y pteron, que significaa ala, es decir, son insectos que tienen alas con escamas. El origen de las monarca se ubica en el trópico americano hace casi dos millones de años. 

Su tamaño con alas abiertas es de 11 centímetros y su peso no llega ni a un gramo. 

La vida de la monarca es como un sorprendente acto de magia.

Su ciclo de vida pasa por cuatro etapas, cuya duración varía de acuerdo con el clima de los lugares donde vive.

En el primer trecho, las mariposas son pequeñísimos huevecillos amarillo claros y blancos con la forma de un balón de futbol americano que la madre coloca en el reverso de las hojas de las plantas llamadas algodoncillos, que son el alimento preferido de las larvas de la monarca.

Durante la segunda etapa, se transforma en una oruga con franjas blancas, negras y amarillas a manera de anillos transversales brillantes. Posee dos antenas que le sirven de guía y muda de piel cinco veces. Esta etapa dura de nueve a 14 días, y al final la oruga tiene 3 mil veces el peso que el huevo tenía originalmente.

En una tercera fase se convierte en pupa o crisálida. Un saco cónico de color verde pistache que poco a poco va haciéndose transparente hasta que es posible ver en su interior los colores anaranjado y negro de las alas de la monarca. Esta fascinante transformación dura aproximadamente de ocho a 13 días.

Finalmente, una vez que la mariposa se ha formado dentro del capullo, rasga la envoltura y sale: libera primero las patas y las antenas. Luego, se cuelga con sus alas hacia abajo y espera a que se extiendan, se sequen y se endurezcan.

Su cuerpo consta de cabeza, tórax y abdomen de color negro. El tórax y la cabeza presentan manchas blancas al igual que las alas, mientras que en ambos lados del abdomen tiene dos franjas blancas alargadas. La cabeza posee dos antenas que le permiten orientarse, mientras que con los dos ojos que tiene capta la luz y las imágenes. Posee tres pares de patas. 

Los machos son un poco mayores que las hembras y presentan un punto negro en las vénulas de las alas.

© WWF México
© WWF México

La generación Matusalén

Las mariposas monarca de Norteamérica son singulares porque protagonizan una de las migraciones más sorprendentes de la naturaleza. Al igual que varias especies de aves, murciélagos y ballenas, las mariposas migran a sitios en donde hace menos frío. En Canadá y Estados Unidos no podrían soportar las intensas nevadas del invierno ni la falta de plantas de las que se alimentan sus orugas.

Estas mariposas migratorias son distintas en su fisiología o funcionamiento y comportamiento a las otras generaciones de monarca que nacen durante el año: no se desarrollan sexualmente sino hasta después de varios meses y se vuelven gregarias (es decir, se reúnen en grupos) para llevar a cabo la hibernación.

Otra diferencia es que viven ocho meses, en comparación con sus antecesoras, las cuales tienen vidas efímeras de un mes. Por ello se les conoce como generación Matusalén.

Las migratorias inician los apareamientos a finales de febrero y durante marzo cuando aumenta la temperatura en los bosques de hibernación. En primavera, las mariposas que sobrevivieron al invierno regresan  al sur de los Estados Unidos donde depositan sus huevos y dan lugar a las próximas generaciones.

© WWF México

La relevancia de las mariposas monarca

Aunque las abejas son las maestras de la polinización, las mariposas también lo hacen muy bien. Las monarca no son la excepción y gracias a sus largos vuelos migratorios seguramente realizan polinización a gran distancia.

Este proceso es esencial para la reproducción de plantas que florecen en los campos, jardines, pastizales, prados y bosques. Cerca de 220,000 especies de plantas requieren de una mariposa para completar su ciclo vital. Sin los insectos, los cultivos declinarían de manera precipitada y también se extinguirían muchas plantas silvestres.

© Mario Domínguez