
Del aula... al bosque
Hay aventuras que inician de manera inesperada y que llevan a lugares que uno no imaginaba. Esta andanza comenzó en la Escuela Secundaria Técnica no. 39 y terminó en los bosques templados de Michoacán. Tuvo como protagonistas a cuatro estudiantes que aceptaron un reto: realizar una obra de arte que exhibiera la belleza del fenómeno migratorio de las Monarca y, a la vez, alertara sobre sus amenazas.
El gran espectáculo
Cuando el sol abraza la cima de las montañas en la Reserva de la Biosfera Mariposa Monarca, las miles de mariposas que ahí hibernan se desprenden de los árboles y vuelan armoniosamente. El espectáculo maravilla al espectador que no puede evitar tomar una foto que capture el momento.Sin embargo, en unos instantes todas las mariposas se apresuran a regresar a los árboles de percha y ahí permanecen como si nada hubiera ocurrido. La quietud vuelve a reinar y las ramas parece que se llenan de unas peculiares hojas.
Eso es tan solo una muestra de la magia que pueden desplegar las Monarca en los bosques templados ubicados entre el Estado de México y Michoacán. El fenómeno se conoce como efecto sombra y ocurre cuando una nube tapa el sol y ocasiona que las mariposas busquen un lugar donde permanecer para ahorrar energías. El sol es su brújula en todo momento y, si él desaparece, ellas permanecen quietas.
Eduardo Rendón, científico de la Alianza WWF-Telcel, explica este fenómeno a Evelyn López, Renata Mancera, Mariana Becerril y Carlos Ramos, alumnos de la Escuela Secundaria Técnica no. 39, que no caben en su sorpresa al ver a esos frágiles insectos volar y luego desaparecer entre los árboles.
Los jóvenes fueron ganadores del Proyecto Matusalén del Programa La Naturaleza en tu escuela convocado por la Alianza; y su recompensa fue un viaje a la Reserva a fin de que conocieran de cerca a las Monarca. Las mariposas desplegaron ese singular espectáculo, mientras ellos sonreían satisfechos.

Evelyn, Renata, Mariana y Carlos, los ganadores del Proyecto Matusalén, acompañados por Eduardo Rendón, coordinador del Programa Mariposa Monarca de WWF.
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El llamado
Meses atrás, la Alianza WWF-Telcel había visitado, entre otros colegios, la Escuela Secundaria Técnica no. 39 para dar una plática científica sobre la migración de las Monarca e invitar a los alumnos a participar con una obra de arte en el Proyecto Matusalén del Programa La Naturaleza en tu escuela.A Evelyn, de primero de secundaria, la idea le pareció buena. Escuchó con atención la conferencia y pensó que era una buena oportunidad para ayudar a la protección de una especie que “no puede defenderse sola”. Invitó entonces a tres de sus compañeros a participar y ellos aceptaron. Una vez terminada su obra, la inscribieron y motivaron a amigos y familiares a que votaran por ella.
Compitieron contra veinte escuelas. Cuando ganaron, no se imaginaron la experiencia que estaban por vivir. Su trabajo obtuvo un reconocimiento que les fue entregado en el Museo Soumaya; además, su obra fue expuesta ahí junto con las otras participantes. El día de la inauguración de la exposición, Evelyn, Renata, Mariana y Carlos fueron recibidos por los flashes de las cámaras y por una decena de reporteros que querían entrevistarlos.
“Tuvimos nuestros cinco minutos de fama”, afirman todos riendo. La primera sorpresa había llegado: fueron las estrellas en uno de los museos más bellos del país. Pero aun les faltaba conocer de cerca a las Monarca.


Una recompensa incalculable
Tuvieron que esperar algunos meses para recibir su recompensa. Su victoria se dio en el verano y las Monarca llegan a México hasta principios de noviembre. Una mañana fría de enero, los ganadores, junto con sus madres y dos maestras, subieron en una camioneta que los llevó a El Rosario, el santuario de Michoacán donde se puede apreciar a la mayor colonia de mariposas.Una vez en el bosque, Evelyn, Renata, Carlos y Mariana subieron a la montaña, al tiempo que escucharon atentos las explicaciones que les daba el biólogo Eduardo Rendón. Sin darse cuenta, el bosque había devenido en un aula lúdica que a cada paso tenía algo que mostrarles.
Sus madres y maestras también descubrieron aspectos inimaginados del Santuario, y comprobaron un hecho preocupante: el fenómeno migratorio está amenazado. Ellas habían visitado la Reserva años atrás y entonces las mariposas podían verse en las faldas de la montaña. Hoy no es posible. Tema que comentaron con tristeza.
Los científicos denominan a esta situación línea de referencia cambiante, que refiere la degradación de la naturaleza a partir de las percepciones de distintas generaciones. Esta línea permite que los jóvenes sepan cómo era un ambiente natural años atrás y ayuda a establecer nuevas líneas de referencia para la generación que sigue.
Los cambios en las líneas de referencia suelen ser crónicos, lentos y difíciles de observar. En este caso refieren la disminución de mariposas migrantes y alertan sobre la necesidad de protegerlas. Así, al final de esta aventura, Evelyn, Renata, Mariana y Carlos estaban convencidos de luchar desde su realidad para conservar las riquezas naturales de su país.
En el bosque los jóvenes dejaron su huella: cada uno plantó un árbol en la Reserva.