El crecimiento de la ganadería se aceleró a principios de 1900, lo que generó conflicto con los territorios que habitaba el lobo. A mediados del siglo XX se desarrollaron agresivas campañas gubernamentales para exterminar al Canis lupus baileyi, nombre científico del lobo mexicano, con las que la cacería y el envenenamiento se hicieron prácticas comunes, lo que condujo a una pérdida dramática en la población de lobos.
En 1976 el Servicio de Pesca y Vida Silvestre de Estados Unidos lo colocó en su lista de especies en peligro de extinción. Esa misma década los gobiernos de Estados Unidos y México comenzaron a entender el valor de la conservación de la especie y los ecosistemas, por lo que dejaron de apoyar el exterminio del lobo mexicano, iniciando en cambio una campaña para capturarlo con el fin de protegerlo.
Con estos esfuerzos, el lobo mexicano sobrevivió principalmente en cautiverio: en la actualidad hay bajo cuidado humano alrededor de 300 individuos en México y Estados Unidos (Semarnat, 2018). Los esfuerzos de reintroducción en México hasta ahora reflejan 12 liberaciones en su hábitat natural bajo la supervisión de científicos de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp).
WWF México ha apoyado proyectos enfocados a la conservación del lobo mexicano y su hábitat, en un inicio con la realización de monitoreos de presas potenciales del lobo en zonas susceptibles para su reintroducción en la Sierra de Sonora. Posteriormente, con la conservación del hábitat del lobo dentro de reservas privadas, como el Área Destinada Voluntariamente a la Conservación (ADVC) de los Los Fresnos, Sonora, y en Áreas Naturales Protegidas de la mano con las autoridades, que incluyen bosques templados y otros ecosistemas que pueden convertirse en el hogar del lobo mexicano, como la Reserva de la Biosfera de Janos ubicada en el norte de Chihuahua.
Desde hace más de quince años, WWF México trabaja en la conservación de la Sierra Tarahumara, lugar que contiene una de las áreas de bosques templados con más biodiversidad y amenazas de Norteamérica, y donde se sabe que el lobo habitaba. En esta región se ha promovido la implementación de prácticas productivas sustentables que eviten la degradación y deforestación de los bosques, y apoyar la recuperación de especies vegetales emblemáticas locales, como el Picea chihuahuana, una especie de pino que se encuentra en peligro de extinción.
WWF México y Wolverhampton Wanderers FC unieron esfuerzos para realizar una campaña mediática para recaudar donaciones destinadas a apoyar programas de reproducción, conservación y reintroducción del lobo mexicano. Este esfuerzo no tiene ninguna implicación comercial o de índole lucrativa.