Posted on octubre, 27 2025
La caída de los costos de las energías renovables hace viable este cambio desde el punto de vista económico, pero la presencia estructural de los combustibles fósiles en todas las economías modernas plantea importantes desafíos para una eventual transición energética.
La actualización de los compromisos climáticos (NDCs) de los países en 2025, abre una oportunidad para incorporar medidas que apunten hacia una eliminación progresiva de los combustibles fósiles. En el caso de México, la NDC fue presentada por primera vez en 2015 y actualizada en 2022, con un aumento en la ambición climática en consonancia con los objetivos de la Ley General de Cambio Climático. No obstante, en 2022 México fijó la meta no condicionada de reducción del 35% de las emisiones GEI al 2030, con respecto a una línea base que considera que se alcanzarían 991 MtCO2e ese mismo año en ausencia de políticas climáticas. Las emisiones resultantes de cumplirse este objetivo se estimaron a 644 MtCO2e al 2030.
A pesar de haber fijado estas metas de reducción de emisiones, México carece aún de una estrategia explícita de eliminación gradual de los combustibles fósiles que articule simultáneamente la oferta y la demanda, como lo requiere un plan integral de transición energética.
Esta guía propone una visión sistémica para empoderar al gobierno de México y otros actores clave en la formulación e implementación de políticas orientadas a la eliminación progresiva de los combustibles fósiles.
¿Cómo abordar la eliminación progresiva de los combustibles fósiles en la NDC de México?
El objetivo de la guía desarrollada por WWF es contribuir a la gestión de las dinámicas complejas que caracterizan la transición energética, entendido como un proceso en el que confluyen dos movimientos: la reducción progresiva de la oferta de combustibles fósiles y la reorientación estructural de la demanda hacia alternativas bajas en carbono.
Esta herramienta para México complementa a la guía general elaborada para apoyar a los gobiernos en sus propios procesos de redacción de las NDC: Guía para tomadores de decisión para la eliminación progresiva de combustibles fósiles a través de las NDCs 3.0., así como una colección de recomendaciones de WWF dirigidas a Brasil, Colombia, México y Noruega, dirigidas a asegurar que la nueva ronda de NDC aborde explícitamente la eliminación progresiva de los combustibles fósiles con la urgencia que exige la crisis climática.
Reconociendo las barreras estructurales que enfrenta México para eliminar los combustibles fósiles —particularmente dentro de los plazos establecidos en el Acuerdo de París—, se advierte que las medidas aisladas o de carácter incremental resultan insuficientes. Por ello, la guía adopta el enfoque del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) sobre la planeación de transiciones de sistema. Este enfoque permite trazar rutas de transformación sectoriales y multisectoriales, así como establecer hitos de implementación en el corto, mediano y largo plazo.
Desde esta perspectiva, la guía identifica acciones en seis ejes que deben desarrollarse de manera coordinada y transversal:
- Gestión racional de la producción y procesamiento de combustibles fósiles.
- Establecimiento de una red eléctrica renovable para mejorar la seguridad energética.
- Electrificación del transporte para reducir emisiones de CO2 y contaminantes.
- Descarbonización de la industria pesada para asegurar competitividad internacional.
- Desarrollo de infraestructura urbana y de transporte para mejorar la calidad de vida.
- Incorporación de tecnologías para mejorar la eficiencia energética.
El documento ofrece una guía práctica al gobierno de México para incorporar la eliminación progresiva de los combustibles fósiles en sus compromisos climáticos (NDC) de manera justa y coherente, tomando en cuenta las siguientes consideraciones:
La dependencia estructural de México a los combustibles fósiles
- Más del 70% de la generación eléctrica proviene de gas natural, con un 16% de fuentes renovables.
- En el sector industrial, el gas natural representa el 32% del consumo energético.
- El transporte depende en un 63% de gasolinas y un 27% de diésel, lo que refleja una vulnerabilidad energética.
La fragilidad fiscal del modelo energético
- En 2022, los ingresos de Pemex representaron cerca del 20% de los ingresos tributarios totales.
- La dependencia de subsidios a combustibles fósiles distorsiona el mercado energético y limita la capacidad fiscal del Estado.
- Se requiere una reforma fiscal que elimine subsidios y promueva la descarbonización.
La guía enfatiza, además, que el éxito en la eliminación de combustibles fósiles depende de apegarse a ciertos principios, cumplir ciertas condiciones y desarrollar capacidades específicas.
En particular, debe basarse en principios que aseguren equidad y justicia, priorizando a las comunidades vulnerables al cambio climático y fomentando una transición rápida, justa y financiada, especialmente en zonas de extracción económica y con afectaciones sociales. Es esencial impulsar procesos participativos que incluyan a todos los sectores y niveles de gobierno, garantizando igualdad de género y respeto a los pueblos indígenas.
Además, se propone adoptar un enfoque centrado en la oferta de combustibles fósiles, definir fechas realistas para la transición, diseñar hojas de ruta detalladas con metas claras y basar las decisiones en evidencia científica. Para su éxito, es crucial contar con estudios de viabilidad económica, estrategias de diversificación económica para comunidades dependientes, compromiso político, cooperación internacional, procesos transparentes y recursos para fomentar la acción conjunta, como liderazgo, conocimiento y financiamiento.
El reto es grande, pero la oportunidad también.
La guía concluye con una visión sobre cómo la eliminación progresiva de los combustibles fósiles representa una oportunidad estratégica para transformar el modelo de desarrollo de México, fortaleciendo su resiliencia climática, competitividad económica y justicia social. Lejos de implicar pérdida, la guía argumenta que esta transición puede ayudar a detonar nuevas cadenas de valor, impulsar una reconfiguración urbana basada en la movilidad sostenible, acelerar la modernización de sectores industriales clave, dar forma a una reforma fiscal verde, atraer cooperación internacional y colaboración intersectorial y, por encima de todo, generar empleos de calidad, mejorar la salud pública, reducir la desigualdad social.
